Ícaro (Spanish Edition)

El artista Dédalo, que por orden de Minos había construido el laberinto de Creta, vivía en esta ciudad con su hijo Ícaro, pero pagaba con ingratitudes la hospitalidad otorgada, favoreciendo las andanzas de Parsifal, mujer intrigante y apasionada. Así que Minos los encerró en el laberinto, hasta el final de sus días. Bajo pretexto de querer ofrecer un regalo al rey, Dédalo pide a sus carceleros cera y plumas, con las que construye unas alas, que prueba sobre su hijo. Ícaro, al sentir que puede volar, se eleva; pero he aquí que las ligaduras se aflojan, el calor del sol derrite la cera, las plumas se desprenden, y cae: encuentra la muerte en el mar. Francisco Muñoz Soler organiza la vivencia amorosa en torno a este mito. No olvidemos que había un falso regalo que impregna todo esto, Dédalo supuestamente lo obsequiaría a Minos para que los dejara salir del laberinto a él y a su hijo. ¿Qué otra cosa el destino obsequia al poeta amante, que un falso regalo? Se va a estrellar, mas, antes, reflexiona con heroísmo lo vivido, con altura, todavía con altura tal que le permite manejar reunidos los conceptos de eros y tánatos, en forma de vocación erótica por lo vivido, a la vez que juicio sumario dirigido a sí mismo.