Viaje a la alcarria

Con el morral a la espalda y la cantimplora sujeta a la hebilla del cinturon, el viajero recorre las carreteras y los pueblos de la Alcarria. Es el suyo un caminar lento, con mananas de atmosfera limpia, mediodias calurosos y noches que se le echan encima, como con susto. De pueblo en pueblo el viajero va viviendo curiosos encuentros, minusculas anecdotas y sorprendentes conversaciones que, imperterrito, transcribe con una suave prosa que auna realismo, comicidad y ternura. Pero el viaje termina. El viajero dejo atras la Alcarria con sus notas a cuestas y un algo de pena. A cambio, nos queda un libro que demuestra una de las mas arraigadas afirmaciones de Cela: «El escritor, aun el que mas sedentario pudiera parecer, es siempre un irredento vagabundo y ese es su mayor timbre de gloria y libertad».